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Resulta conmovedor encontrarnos cada fin de semana en nuestro Santuario con testimonios de hombres y mujeres que inician su jornada muy temprano, cuando aun no hay un solo rayo de sol calentando la ciudad, tomando, en muchos casos, trenes y colectivos, transbordos, para llegar a los pies de la Virgen de Lujan a pedir el sacramento del bautismo para sus hijos. Esta hermosa manifestación de la fe popular nos permite descubrir en el corazón del pueblo santo de Dios el gran valor que tiene el bautismo, entendido como ese momento originario en el cual nuestro corazón es sellado por el Espíritu Santo para hacernos hijos amados de Dios para siempre, dignidad que nada ni nadie jamás podrá quitarnos.
Hoy la liturgia de la Iglesia nos invita a contemplar el bautismo de Jesús, hecho que abrió para todos nosotros las puertas de la fe, y nos permitió encontrarnos todos hermanos, hijos de nuestro padre celestial. El Evangelio según San Mateo nos trae el testimonio de este conmovedor acontecimiento: Apenas fue bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se abrieron los cielos, y vio al Espíritu de Dios descender como una paloma y dirigirse hacia Él. Y se oyó una voz del cielo que decía: «Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección». El termino bautismo es una palabra griega cuya raíz es un verbo que significa, literalmente, sumergir (en el agua). En el bautismo somos sumergidos en el nombre de Dios, nos metemos, de modo muy especial, en el corazón mismo de Dios, para ser recreados en novedad. El Bautismo nos regala ser nuevos hombres y mujeres, renovados por el Espíritu Santo que nos hace hijos e hijas amadas, eco de esa voz que resuena en el corazón de cada peregrino cuando sus hijos e hijas son bautizados, eco que dice “este, esta, es mi hijo, mi hija, muy amados”.
Hoy celebraos este gran misterio, este gran regalo. El testimonio bíblico nos dice que Juan Bautista es quien mete a Jesús bajo el agua. Este es el testigo que, en nombre de Dios, nos regala el bautismo. Todos hemos necesitado de ese Juan Bautista que nos ayude a entrar en Dios, en su corazón, por ende, también hoy es un maravilloso día para dar gracias a Dios por nuestro bautismo, por aquel bendito día en el cual hemos nacido para la vida eterna, es un maravilloso día para dar gracias a Dios y rezar por nuestros padrinos, por nuestras madrinas, por papa y mama, es un maravilloso día para dar gracias a Dios por el don de la vida.
Concluyamos recordando las palabras del profeta Isaías, que hablando a su siervo le dice “y te destiné a ser la alianza del pueblo”, a ser el puente entre la vida que Dios nos regala y nosotros. Miremos a María, esa puerta para la Alianza nueva y entera que es Jesús, que nos llama al bautismo a tantos a lo largo del año en este bendito Santuario, y pidámosle para que cada día haya mas y mas hermanos y hermanas que abracen la fe del bautismo y comiencen a vivir, definitivamente, una nueva vida. Virgencita de Lujan, ruega por nosotros.
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Buenos Aires (Luján), domingo 8 de enero de 2023.
P. Sebastián Ríos
Santuario de Luján
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