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Queridos hermanos y hermanas:
Comenzamos a transitar nuestro recorrido cuaresmal. Año a año volvemos a caminar la cuaresma buscando que nuestras vidas sean más de Dios. Porque ese es el objetivo. Preparar la pascua es volver a descubrirnos hijos de Dios con una vocación y una misión, hermanos entre nosotros llamados a vivir la caridad y templos del Espíritu santo convocados a dar alegría al mundo.
Al iniciar este camino, es bueno recordarnos que estamos en un año jubilar. El jubileo marca este período y por lo tanto también este tiempo de la cuaresma. El Jubileo ha sido siempre un acontecimiento de gran importancia espiritual, eclesial y social en la vida de la Iglesia. El pueblo fiel de Dios vive esta celebración como un don especial de gracia, caracterizado por el perdón de los pecados y, en particular, por la indulgencia, expresión plena de la misericordia de Dios. iluminados por este espíritu jubilar, comenzamos a buscar juntos la vida de Dios. buscamos renovar nuestra vida recorriendo el jubileo y experimentando la misericordia.
Otra cosa que marca este recorrido, al menos por estos días, es la salud del papa francisco. Queremos tenerlo presente en nuestras oraciones y ofrecimientos. Su vida es una súplica constante frente a Dios y frente a nuestra Madre la Virgen de Luján. Queremos que el señor le siga regalando salud y fuerza para guiarnos como pastor de la Iglesia.
Además de estas cosas, están las personales de cada uno de ustedes. todo esto hace el compost con el cual rezar en esta cuaresma. La vida de la Iglesia y nuestras vidas se entrecruzan con la intención de hacernos el bien los unos y los otros. que la Iglesia, entendida como comunidad, nos haga bien a nosotros y que nosotros podamos con nuestros dones hacer bien a la Iglesia.
El inicio de este camino comienza con el miércoles de ceniza. Con mayor intensidad, desde este miércoles buscaremos la misericordia. Sin embargo, La búsqueda de la misericordia tiene una contracara que es la búsqueda de la conversión. ¿Qué convertir? Y ¿por qué buscamos convertimos? Queremos convertir nuestra vida, nuestro corazón porque sabemos que no siempre somos de Dios. como dice san pablo hacemos el mal que no queremos y dejamos de hacer el bien que queremos (Rom 7,19). Nos guste o no, es parte de nuestra historia. Y ¿por qué queremos convertirnos? Porque es nuestro deseo ser de Dios. buscar esas motivaciones profundas que nos permitan vivir distintos, nos permitan trascender nuestra historia y encontrar lo que Dios quiere de nosotros.
Como el jubileo marca este año, todo lo miramos bajo el signo de la esperanza. Buscar la conversión cansa y cuesta. Es por eso que nos hace bien mirar desde la esperanza. La esperanza es lo que hace que no caigamos, la esperanza es lo que anima a seguir. Siendo caminantes de esperanza les propongo que busquemos la conversión y la misericordia con esperanza de saber que Dios no deja de escucharnos y llamarnos a seguirlo. Me parece lindo hacerlo con los tres pasos que francisco nos propone en su carta de la cuaresma: preparar nuestro corazón, sabiendo que caminamos juntos y expresando la esperanza de una promesa que se nos hace real en Jesús.
La Virgen nos cuide y nos regale una linda Cuaresma y una feliz Pascua.
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Buenos Aires (Luján), lunes 3 de marzo de 2025.