Desde Luján, al pie de la Virgen, en este Domingo de Pascua, levantamos la voz con gozo y gratitud: ¡Cristo vive! ¡Verdaderamente ha resucitado! Y con Él, también nosotros resucitamos a la esperanza, a la fe, a la vida que no se apaga
El Viernes Santo nos recuerda que la Cruz de Jesucristo hace posible que nuestro dolor humano también sirva para la redención de la humanidad. Solo Jesús puede darle sentido a nuestro sufrimiento y de esta forma podremos enfrentarlo como El lo hizo, enfrentarlo con el poder del amor, el poder de una esperanza que no defrauda, el poder de la fe.
En este Jueves Santo dejémonos encontrar por Dios y su inmenso amor en la Eucaristía, agradezcamos el sacerdocio ministerial ordenado y permitamos que Él nos lave los pies, nos renueve con su amor, para ser cada día más hermanos y vivir dándonos por amor en el servicio y la ayuda concreta a todos, todos, todos.
Las Laudes corresponden a la oración de la mañana de la Liturgia de la Horas. Comenzamos la jornada rezando juntos. Conoce también el cronograma de este día.