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Domingo de Ramos en la Pasión del Señor

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La fiesta que hoy la iglesia nos invita a celebrar tiene un rasgo muy particular porque nos incita a tener como un doble sabor: dulce y amargo, alegre y doloroso. Es un domingo donde comprendemos resumidamente la vida de Jesús. Casi una obertura de lo que vendrá. El domingo de ramos es la puerta de entrada a toda la Semana Santa.

Quisiera no dejar pasar la ocasión para recordarlo. Esta semana es particular para todos nosotros. Es una semana Jimportante para estar con Jesús. Las celebraciones tienen algo de teatral, revestido de una gran solemnidad, que nos permiten entrar en lo que fueron los últimos momentos de la vida de Jesús. Me parece importante no dejar pasar esta semana. Tratemos de acompañar a el Señor que mure por nosotros.

Volviendo a este domingo de ramos, me parece importante rescatar estos sentimientos. Por un lado, la alegría. El evangelio nos propone ver a los discípulos, que acompañan al maestro, entusiasmados por lo que está sucediendo. Ellos son los responsables de preparar todo para la entrada de Jesús. Ven a la multitud, que iba a la fiesta de la pascua, aclamar al rey Mesías que entra en Jerusalén. La ciudad entera se contagia de esta alegría. Todos se unen con el grito de ¡hosana al hijo de David! ¡bendito el que viene en nombre del señor!  Esta alegría brota de saber que el señor está con nosotros. Como dice el salmo “nuestro alcázar es el Dios de Jacob” (sal 46,5).  Me parece oportuno volver a sentir esta alegría. Sobre todo, en los momentos de gran desesperanza. no nos dejemos robar esta esperanza de saber que el señor está a nuestro lado.

El segundo sentimiento que aparece es el dolor. La alegría vivida, no es cualquier alegría. Es una alegría que brota del dolor de la cruz. Pero esta cruz es especial. La cruz es la cruz de Jesús. En su sangre hemos sido lavados. Es el Señor quien nos purifica, como dice el apocalipsis (Ap. 1,5). Jesús entra a Jerusalén para ser azotado, insultado y ultrajado. Entra para ser coronado de espinas. Entra para morir.  Me parece bueno pensarnos desde esta cruz. Toda nuestra vida cristiana brota de una cruz. Nuestras injusticias, dolores, abandonos, falsos juicios tienen otro sentido cuando miramos el misterio de la cruz. Jesús se convierte en nuestro rescate y nuestra salvación. De allí la importancia de lo que celebramos.

Con estos dos sentimientos vivamos esta semana. Aparecerán juntos muchas veces. Como en nuestra vida marcada por la alegría que brota de la cruz. Pidámosle a la virgen que nos ayude. Ella nos enseña el gozo del encuentro con Cristo, el amor con el que debemos mirarlo al pie de la cruz, el entusiasmo del corazón con el que hemos de seguirlo en esta Semana Santa y durante toda nuestra vida.

Dios les regale una fecunda Semana Santa.

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Buenos Aires (Luján), domingo 2 de abril de 2023. Domingo de Ramos en la memoria de la Pasión el Señor.

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P. Lucas García, Rector del Santuario de Luján

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Conoce el cronograma en: #SemanaSanta2023

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