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Santa Misa de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción

Este 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, como Iglesia Arquidiocesana de Mercedes- Luján, concluimos el Año Mariano Nacional, con el rezo del Rosario a las 11.30 hs, que fue guiado por representantes del Consejo de Pastoral Arquidiocesano y a las 12.00 hs la celebración de la Santa Misa presidida por nuestro padre obispo + Jorge Eduardo y concelebrada por los Vicarios Generales de la Arquidiócesis, Padre Daniel Guerra y Padre Lucas Figueroa junto nuevo Rector del Santuario y Basílica Nuestra Señora de Luján, Pbro. Lucas García, recientemente designado.

 

“Todos los que estamos acá sabemos lo que es amar. Todos sabemos lo que es amor, pero sabemos que nuestro amor tiene muchos peros. “Sí sí, te quiero pero, dejame que lo piense.” “Te amo, pero déjame que lo vea un poco.” “Sí sí, te amo, pero necesito tiempo”. “Te amo, te amo mucho pero  yo quiero saber lo que voy a hacer, lo que vas a hacer vos”.

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«Nosotros sabemos lo que es el amor, pero muy limitado y esos límites le quitan posibilidad a la vida. Y esa es la raíz de nuestro mal.

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La raíz de nuestro mal, del mal del mundo, es que tenemos un yo demasiado grande que le pone límites a todas las cosas. Todo tiene que ser a mi medida. El egoísmo es la raíz de todos los males.

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Si hay guerras en el mundo, es porque tenemos un yo grande. Si hay hambre en el mundo como el que hay, es por el egoísmo que le pone límites a la solidaridad. Si hay muerte, si hay desigualdad, si hay injusticias, si se piensa que un niño en el vientre de su madre es un montón de células, la raíz es el egoísmo. Y este es el problema de todos los males.

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Tenemos que solucionar los males encontrando mejores formas de sociedad, de política. Pero la raíz de los males, es que nuestro yo es tan grande que le ponemos límite a la vida, le ponemos límite a las posibilidades de la vida.

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¿Cómo se sana esto? Cómo salimos de este lío, de este embrollo? Cómo salimos? ¿Cómo hace la humanidad que se metió en semejante lío de forma de vivir, para salir? ¿Cómo hacemos, qué hacemos?

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A Dios que es más ingenioso que nosotros, se le ocurrió una cosa que no se le hubiera ocurrido a nadie. Se le ocurrió que una mujer simple, sencilla, de un pueblo escondido de la tierra, una mujer pobre, humilde, jovencita ella, dijera SI, sin peros. “Sí, que se haga en mí según tu Palabra”. Sí, sin egoísmos, sin ningún tipo de forma de límite. Lo hizo de una manera sincera, generosa, total.

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A Dios se le ocurrió que una mujer sencilla venciera el Mal con un amor total. Eso es la Virgen, la Virgen Inmaculada, la que no tiene mancha. Ella todo lo que toca, lo toca sin mancha, no como nosotros, que todo lo que tocamos lo manchamos, porque lleva la carga del egoísmo. La Virgen es todo lo contrario, es el sí total a Dios. Ahí comienza entonces en Ella una historia de posibilidades, de otra manera de vivir.

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¿Por qué estamos acá? Por qué venimos acá? ¿Por qué necesitábamos que la Basílica de Luján se abriera? ¿Por qué necesitamos tener la imagen de Luján cerca? Porque necesitamos engancharnos con alguien que vea las cosas de otro modo, que viva de otra manera. Necesitamos agarrarnos de alguien que no manche la vida, sino que la viva en plenitud.

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¿Y por qué estamos acá? Porque nosotros creemos que Ella es  la mujer sin mancha, la mujer linda, la mujer bella, de adentro y de afuera, la mujer de alma grande, de corazón grande.

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En esta mujer, el pueblo, nosotros que estamos acá, podemos caminar para sanarnos, para sanar todas nuestras miserias, sanar las enfermedades, pero también sanar el corazón enfermo, que le pone límites al Amor, al amor en casa, en tu casa, con los tuyos. Porque seguro te pasa, que a los que más querés, a veces es a los que más lastimás. A los que más queremos a veces los lastimamos más. Necesitamos cambiar eso y sabemos que si lo cambiamos, el mundo se hace distinto. Por eso estamos aquí  pidiéndole por todas nuestras necesidades, pero también pidiendo por las necesidades de nuestras familias, de nuestra Iglesia, por las necesidades del mundo y de nuestra patria, que son tantas. Porque no se puede vivir en un país con la mitad de la población en estado de pobreza y distraídos en tantas cosas menores.

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Necesitamos vivir más el Amor de Dios y en el Amor de Dios. Los invito a renovar en este día y a decir con el corazón lo que dijo María. ¿Se animan, nos animamos como pueblo peregrino en este día tan lindo de sol, que nos cocina pero nos caliente el alma?. En este día, a los pies de María de Luján, esta mujer bella, llena de amor por nosotros, por su pueblo, ¿se animan a decir las mismas palabras de la Virgen? Digamos juntos Hágase en mí según tu Palabra. Viva la Virgen de Lujan! Viva la Madre de los argentinos!”.

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Al final de la Misa se rezaron  3 avemarías, la primera de ellas por todas las necesidades e intenciones personales, la segunda por las necesidades de todos nuestros familiares, la familia grande, amigos, los que tenemos en el corazón y la tercera por el mundo y por nuestra patria argentina.

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Finalmente, el Arzobispo agradeció a toda la Iglesia de Mercedes-Luján, por todo lo compartido y lo caminado, a todos los laicos que trabajan en los distintos servicios de la arquidiócesis, a los sacerdotes, diáconos, religiosas, religiosos, y pidió rezar especialmente por los nuevos párrocos y para que no falten vocaciones. Y pidió rezar también por él.

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Al momento de impartir la bendición final, bendijo especialmente a los niños de nuestra Patria, a los que están viviendo momentos difíciles, a los que se gestan en los vientres de sus madres, a  las niñas y niños para que puedan crecer en una patria justa, fraterna, que les de posibilidades de vida; a las familias para que puedan seguir creciendo llenas de amor, de misericordia y de perdón, con fuerza para sostenerse y acompañarse llenos de esperanza y a todo el pueblo de Dios que peregrina en la Argentina, a las autoridades que tienen que tomar decisiones difíciles, los que tienen que tomar decisiones económicas, a todos los trabajadores, para que el pueblo camine siempre según su voluntad, capaces de dar vida a todos, especialmente a los que más lo necesitan.

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Padre Obispo +Jorge Eduardo
Arquidiócesis Mercedes – Luján
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Santuario y Basílica Nuestra Señora de Luján
Buenos Aires (Luján), martes 8 de diciembre de 2020.
Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María
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