El Domingo de la Santísima Trinidad es el primer domingo luego de la solemnidad de Pentecostés. En este día celebramos la doctrina cristiana de la Trinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Un día después de Pentecostés, el día en que el Espíritu Santo prometido por Jesús vino a habitar en el corazón de la Iglesia, recreando el mundo a través del nuevo testimonio de amor que la comunidad creyente cristiana comienza a contagiar, la Iglesia celebra a Maira como Madre de la Iglesia.
Culminando el tiempo pascual, celebramos la solemnidad de Pentecostés. Se cumple la promesa de Cristo y la Iglesia recibe así su alma y fundamento: el Espíritu Santo, la tercera persona de la Santísima Trinidad.
En este día, les proponemos rezar especialmente por la Patria, dando gracias a la Virgen de Luján, patrona del pueblo argentino, por las fecundidad de nuestro país, pidiéndole también por el presente y futuro de nuestro país.
Celebramos hoy el domingo de la Ascensión del Señor, fiesta que nos va llevando de a poco al final del tiempo en el que extendimos la celebración de la Pascua.
Disfrutaremos del Coro Nacional de Niños y la Gala Patriótica, cantos a nuestra tierra. Cómo en cada ocasión lo haremos a beneficio de la puesta en valor y preservación del patrimonio musical del Santuario.
En el mes de nuestra Madre, miles de fieles se acercan a su casa para acompañarla y venerarla. Junto al nuevo lema por los 400 años, conmemoremos una vez más su milagro en comunidad y unámonos en oración.
El 30 de abril, cuarto domingo de Pascua, llamado también domingo del Buen Pastor, se celebra la 60ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, instituida por san Pablo VI y que para este año el Papa Francisco invitó a reflexionar rezando el lema “Vocación: gracia y misión”.