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En torno al día de Santa Ana y San Joaquín, abuelos de Jesús, el pasado 24 de julio se celebró en toda la Iglesia la II JORNADA MUNDIAL DE LOS ABUELOS Y DE LOS MAYORES con el lema «En la vejez seguirán dando fruto» (Sal 92,15).
Papa Francisco nos dice en su mensaje que “Es la “cultura del descarte”, la que autoriza a imaginar caminos separados entre “nosotros” y “ellos”, y los ancianos son signos vivientes de la bondad de Dios que concede vida en abundancia”.
Expresa el Papa que hay quienes están tentados de exorcizar la vejez escondiendo las arrugas y fingiendo que somos siempre jóvenes, y otros piensan no tener ya “frutos para dar”.
Por esto, nos invita a llevar una ancianidad activa a “no sentirnos meros espectadores en el teatro del mundo, a no limitarnos a “balconear”, a mirar desde la ventana”. Es una estación para seguir dando frutos.
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Hoy, en el mundo entero, necesitamos un cambio profundo. Los abuelos y mayores, tienen una gran responsabilidad: enseñar a las mujeres y a los hombres a ver a los demás con una mirada comprensiva y tierna. Ellos son los encargados de proteger el mundo, con su oración.
Queridas abuelas y queridos abuelos, el Papa Francisco los invita a ser artífices de la revolución de la ternura.
Aprovechemos esta ocasión para visitar a los ancianos que están más solos, en sus casas o en las residencias donde viven. Tratemos que nadie viva este día en soledad.
Rezamos por ellas, por ellos, juntos; en comunión.