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Junto a la Virgen de Luján, renovamos la esperanza
A lo largo de estos nueve días, en los cuales, también a través de la Novena, prepararemos el corazón para celebrar el día de Nuestra Madre de Luján el próximo 8 de mayo, conscientes del valor de la memoria histórica, recorreremos las páginas de la historia del milagro y de sus principales protagonistas. Este año, lo que nos mueve en la oración es la esperanza, como ese don que desde lo más profundo del corazón clama hacia la luz pascual en busca de una nueva vida, más digna, más plena, más fraterna, más feliz.
La esperanza ha sido, a lo largo de esta historia de casi 400 años, lo que ha movido a un pueblo a ponerse en marcha, en camino, hacia un horizonte que se revela como novedoso y encuentra su expresión más acabada en la Virgen de Luján.
Desde los primeros testigos del milagro, quienes se encontraban en camino hacia el norte, pasando por las marchas de los peregrinos que eran recibidos por el negro Manuel; los intentos de Ana de Matos por brindar un lugar más digno para manifestar esa esperanza, trayendo la imagen al sitio donde hoy se encuentra, como así también la esperanza que movió el corazón del padre Salvaire para construir este gran cofre que hoy contiende la perla mariana, hasta llegar a las peregrinaciones de los últimos casi 50 años, que se han tornado en la manifestación de esperanza más importante del pueblo argentino; todas estas experiencias contribuyen a entender que la esperanza es esa fuerza del Espíritu que mueve a cada argentino a encontrar en el corazón de María de Luján un lugar privilegiado para gustar el amor de Dios.
En este Año Jubilar caminamos como “peregrinos de la esperanza, que no defrauda”, aquella que se funda en ese amor pascual del Señor. Por eso, a lo largo de estas páginas, trazamos esta historia jalonada por una oración que nos ayude unir nuestro corazón cada día más al corazón de Jesús.
→ Novena a Nuestra Señora de Luján disponible para su oración en línea y/o descarga en:
«María de Luján, esperanza de nuestro pueblo»