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El camino de Adviento… Esperamos en el Señor

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En estas semanas intentamos prepararnos para la venida del Señor. El tiempo que se nos propone es un periodo en el cual queremos ir a lo profundo de nosotros para poder descansar en el Señor. Partimos de un lugar común que son nuestras fatigas, nuestros desvelos y cansancios. Pero aquí estamos, esperando contra toda esperanza, queriendo realizar la tarea de agrandar nuestro corazón para darle espacio a la gracia de Jesús.

Toda labor tiene objetivos y tiene también sentimientos que la realizan. La tarea espiritual no es menor que el trabajo manual. Meternos dentro de nosotros, y trabajar nuestro interior, exige paciencia y perseverancia. Pero estamos aquí, queremos acrecentar un sentimiento que es en realidad una virtud. La virtud de la esperanza. Tema que es frecuente cuando, valga la redundancia, se espera.

La esperanza tiene varias aristas, pero me detengo en algo que al menos nos ubicara en lo que queremos ver. Estamos acostumbrado a esperar cosas. hacemos y luchamos en toda nuestra vida para alcanzar bienes u objetos que deseamos. Sin embargo, esta no es la esperanza que nos proponemos descubrir. En el adviento no esperamos algo, sino que esperamos a alguien. esta particularidad, cambia todo nuestro enfoque y nuestro modo de percibir, porque esperar algo exige casi todo de nosotros, pero esperar a alguien depende de algo más que nosotros. Hay otro, delante y latente, que es deseado y esperado. Este otro también juega su juego y tiene su parte.

Esperar al Señor es ser conscientes que Dios no defrauda y que siendo fiel a su palabra llegara. Sin embargo, de nuestra parte requiere un esfuerzo. Vivir la vida cristiana no es quedarse de brazos cruzados, sino salir de nosotros, ir a los cruces de nuestros caminos y ponernos a buscar a aquel que amamos. La imagen se ve muy bien reflejada en el libro del Cantar de los Catares, que lo encontramos en el antiguo testamento. Una amada que pierde al amor de su vida y sale en busca de el para entrarlo.

Ese es el movimiento que intentamos hacer. Esperar para el cristiano es ir en la búsqueda de Dios, pero con una particularidad. Es verdad que tenemos que hacer cosas por él, y desearle y buscarle; pero reconociendo, sobre todo, que lo nuestro es, mucho más, responder a su deseo, permanecer a la espera, salir de nuestros escondrijos, dejarnos encontrar.

Salir a la búsqueda de Dios es abrirnos y dejar que el nos encuentre. La «gracia» del evangelio está en vivir la vida cristiana como algo en lo que tenemos que poner toda nuestra iniciativa, nuestro esfuerzo y nuestra dedicación y, a la vez, es como un don que se regala gratis a servidores inútiles, que es lo que en definitiva somos.

Me parece interesante entonces que en este tiempo que queda a la navidad vivamos trabajando en nuestra espera. El señor llega y nos invita a salir de nosotros para dejarnos encontrar. Parece un sin sentido, pero es lo que realmente nos hará felices. Abandonarnos en el Señor y dejar que Él nos encuentre.

Tareas para hacer:

  • Te recomiendo que aprendas a esperar con la terca paciencia de quien sabe que hay una semilla enterrada en la historia que crece por su propio impulso, y que germinará un día y de un modo que está fuera del alcance de tus cálculos.
  • La espera nace de la esperanza y no de la desesperación, de la fe y no del desánimo, de la humildad y no de la pretensión de dominar el futuro. Viví estas cosas y descansa en el Señor.
  • Te aconsejo que vivas a la escucha de los gritos de todos los hermanos, sobre todo de los desamparados y necesitados. Dios nos habla a través de sus vidas.

Síguenos en este tiempo y camina con nosotros hacia la navidad del Señor.

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Buenos Aires (Luján), domingo 17 de diciembre de 2023.

Tercer Domingo del Tiempo de Adviento.

P. Lucas García
Rector del Santuario de Luján
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