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En este segundo domingo de la Cuaresma, compartimos el relato de la Transfiguración que trae Mateo en su Evangelio. Quizá puedan ayudarnos para conservar, como María en nuestro corazón la Palabra y poder meditarla y que así de fruto en nosotros tres ideas concretas: LLAMADOS; EN CAMINO; HACIA EL ENCUENTRO.
LLAMADOS: La escena la ubicamos en un momento muy particular. Jesús luego de consultar a los discípulos sobre su identidad se revela. Y lo hace anunciando su Pasión. Unos días después llama a sus discípulos más cercanos y los invita a seguirlo. También vemos como Dios llama a Abram y comienza una nueva gran promesa para todo el pueblo. Pablo escribe a Timoteo, invitándolo a confiar, a pesar de los sufrimientos, en el llamado que ha recibido de parte de Dios. Todos nosotros somos llamados. Todos hoy somos llamados por Dios, somos destinatarios de una gran promesa. Y como llamados no nos podemos quedar de brazos cruzados. Debemos ponernos EN CAMINO.
EN CAMINO: Este tiempo de Cuaresma es ciertamente un camino, que nos conduce a un fin, a una meta determinada. Abram deberá caminar para así llegar al país que Dios le mostrará y allí será bendecido. Los sufrimientos anunciados por Jesús, encontraran al final del camino su recompensa, esto es lo que también experimentan en su vida Timoteo y Pablo. El camino de los discípulos es un camino sin lugar a dudas que exige un esfuerzo, deben subir un monte elevado, con las dificultades que ello pueda conllevar. Nuestra Cuaresma es un camino, difícil, duro, que nos exigirá y será a la misma vez una preparación, que iremos viviendo a fuerzas de dejar los propios intereses de lado para seguir el camino del que nos llama. Pero no es un camino que hacemos solos, estamos llamados a CAMINAR JUNTOS. Es un camino que nos debe llevar al ENCUENTRO
ENCUENTRO: Una vez que llegamos a la cumbre, al punto final de nuestro camino inicial se da el Encuentro. Al llegar a la cima del monte, los discípulos son testigos de un encuentro. Jesús aparece de una manera nueva, distinta, casi indescriptible. Es un encuentro que, nos obligara a superar los miedos, a levantar la cabeza. Este encuentro los obliga a los discípulos y a nosotros a ESCUCHAR Y ESPERAR. Tendrán, tendremos que escuchar nuevamente, a pesar de nuestros temores la voz de Jesús que nos invita a no tener miedo. Es la voz de Jesús, la voz de aquel que es la unión entre las promesas de Dios y su revelación definitiva. Pero Jesús nos invita a la esperanza. Es muy apresurado terminar el camino, tendremos que seguir recorriendo mucho más. Solo el silencio será el que madure la semilla que se ha sembrado y que hará ver a la luz del nuevo brillo de la Resurrección el camino recorrido.
“Nuestra alma espera en el Señor, confiamos en que su amor descenderá sobre nosotros”
Sigamos caminando juntos en esta cuaresma, escuchando la voz del Señor, que nos invita a poner nuestra mirada en lo alto, a confiar en su llamado, a esperar el Encuentro.
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Buenos Aires (Luján), domingo 5 de marzo de 2023. Segundo Domingo de Cuaresma.
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P. Mario Roldán
Santuario de Luján
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