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Solemnidad de la Epifanía del Señor

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Estamos cerca del final del Tiempo de Navidad, periodo que culminaremos este Domingo con la Fiesta del Bautismo del Señor, un tiempo valioso, hermoso y profundo de nuestra fe y esperanza que viene animado por el Misterio de la Encarnación y Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, cuyo acontecimiento, como hemos escuchado y vivenciado, cambió para la siempre el camino de la historia en un antes y un después; con él, el mundo vio brillar una gran luz, la luz de la salvación.

De este modo, celebramos hoy el día de la Epifanía del Señor, esta fiesta que nos invita volver nuestra mirada a la escena de Belén; gesto nos puede ayudar a rezar y entender que es lo que celebramos… como lo hemos hecho, volvamos a pensar en tres palabras: Manifestación, alegría y camino.

Camino: Cuando iniciamos el camino hacia un lugar, de alguna manera u otra, vamos teniendo en cuenta aquellas señales que nos indican el rumbo que evita tomar otros que nos alejarían del destino, incluso hasta hacernos perder. Pero cuando pensamos el camino a Belén imaginamos el camino hacia algo único y a la vez distinto.

Los magos de oriente, grandes observadores del cielo, fijan su mirada en una estrella, que con un brillo único y distinto llama su atención. Ellos deciden ponerse en camino y dejarse deslumbrar ante el compartir de lo que los hace encontrarse. La estrella los lleva a destino. En un principio, un lugar distante, algo oscuro, donde los animales y unos pastores junto a una madre son testigos de un acontecimiento único y absolutamente distinto en la historia de la humanidad: “Sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una gran luz” (Is 9, 1); es la Luz del Niño naciente que viene a iluminar todas nuestras oscuridades, nuestros caminos, nuestra vida.

Alegría: La alegría reina en la escena. Los magos expresan esa alegría que no se podía ocultar ni disimular. Es la alegría que tienen al ver por primera vez al Niño.

Decíamos al comenzar esta reflexión que estamos muy cerca de finalizar el tiempo de Navidad, una Navidad que año tras año nos llena de una alegría profunda en el corazón, alegría que solo puede darnos el saber a Dios en medio nuestro. Que siempre podamos, aún en la tristeza, encontrar esa luz que se nos ofrece al experimentar la alegría de habernos encontrado con la luz que iluminaba cada camino.

Manifestación: Epifanía, quiere decir eso manifestación. Es la manifestación de un Dios que asume nuestra carne. Es la manifestación de lo invisible que se hace visible, que se hace cercano, haciéndose uno de nosotros. Es la manifestación del Dios que no es solamente de unos pocos perfectos, sino que es salvación para todos los pueblos, para todas las naciones.

Estamos invitados a reconocer al niño que se nos manifiesta, también en diversas situaciones que lejos de brillar son descartadas por muchos: las niñas y niños indefensos, las personas obligadas a abandonar sus hogares por la violencia; quienes sufren las consecuencias de las guerras; quienes no tienen trabajo o un techo; nuestros abuelos que son olvidados, quienes se encuentran atravesando una enfermedad; en ellos también hoy estamos invitados a ver y reconocer a Dios.

Querida comunidad, que en esta Solemnidad de la Epifanía del Señor, seamos, como dice el Papa Francisco: todos, todos, todos, capaces de recibir con alegría y humildad de corazón, como lo han hecho los pastores en Belén, reconociendo al Niño, para siempre caminar en la esperanza.

Buenos Aires (Luján), sábado 6 de enero de 2023

 

Equipo de Comunicación

Santuario de Luján

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