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Navidad, lo divino se hace humano

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Son dos los momentos que se describen en las escrituras en donde se puede observar de forma más sobresaliente la humanidad de Jesucristo; en su nacimiento, la navidad y en su muerte, la pascua. No por casualidad son las fiestas más importantes de todo el año litúrgico. “Dios con nosotros” dirá el profeta antes de la navidad, “Dios en nosotros” dirá el apóstol después de la pascua. La Navidad es una fiesta que nos invita a descubrir el profundo amor de Dios por nuestra humanidad.

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Cuando se va acercando la fecha del nacimiento de un hijo, vamos preparando todo. Acomodamos nuestro mundo a la pronta llegada del que ya viene y nos desvivimos en detalles y sueños. A María, el nacimiento de su hijo le llego así, medio de improviso. Pero eso no le impidió preparar un lugar allí donde pudo, en un pesebre dentro de un establo. María, como dice el papa Francisco, supo hacer de una cueva de animales una casa para Jesús. ¿Que puede haber más humano que esto?

Cuando recibimos la noticia del nacimiento de un nuevo miembro en la familia todos vamos al encuentro, queremos saber que pasa, queremos ayudar en lo que sea y lo queremos conocer. La familia toda se reúne alrededor del recién nacido y es grande la alegría contagiosa que se comparte frente a esa pequeña vida que llega.

Jesús también tuvo a su familia a su lado en ese momento. No solo a María, su Madre, y a José, su Padre, sino también a los más humildes y pobres de la sociedad de aquel entonces, que con un corazón humilde y sencillo vieron en ese niño y su madre un milagro. Jesús nació así entonces, igual que nosotros, rodeado de su familia, de su iglesia. ¿Hay algo más humano que esto?Cuando vemos al recién nacido en brazos de su madre no podemos dejar de admirar el milagro de la vida. Que puede haber más frágil, más débil, más indefenso que una madre con su hijo recién nacido. María, allí con su hijo en brazos, escondía el misterio de la salvación para toda la humanidad. ¿Puede haber algo más humano que esto?

Y, cuando todos se van después de un día tan feliz y queda sola en su habitación esta familia también recién nacida, es una fiesta del encuentro. Quizás nos dedicamos por un rato a contar cada uno de los dedos del recién nacido, intentamos adivinar su color de ojos, ojos que apenas se ven, nos reímos juntos al vernos en esto de no poder creer tanta felicidad. Pensemos por un momento como habrán sido esos momentos entre María, José y Jesús; porque bien sabían que se trataba del hijo de Dios, pero en ese momento para María es su niño, que llora, que necesita que lo cambien, que se amamanta y que no conoce de horarios ni costumbres. Porque un ángel le habrá hablado en sueños diciéndole que ese niño es el hijo de Dios, pero hoy, para José, es su hijo, a quien siente que debe proteger, guiar, sostener y por sobre todas las cosas quiere amar. ¿Que puede haber más humano que todo esto?

La Navidad es una fiesta gloriosa para descubrir lo profundo que es el amor de Dios por nuestra humanidad, por lo que somos en esencia. Dios ama profundamente nuestra humanidad, se hace carne para redimir la carne.

No por casualidad estamos y nos sentimos más cerca de Dios cuando más humanos somos. Ser humanos es sabernos capaces de Dios, capaces de su amistad, de su cercanía, de su paternidad tan materna.

Y así, como Jesucristo se hace igual a nosotros en todo menos en el pecado, así también, va a compartir todo lo que él es con nosotros al dar su vida. la navidad es el misterio de Dios entrando en nuestra humanidad. Cristo nos regala la vida que recibimos mediante el bautismo. Cristo lleva a plenitud nuestra humanidad y nos hace santos como Él es santo.

Celebremos la Navidad como celebramos un nacimiento, en mi familia, en mi trabajo, con mis amigos y aquellos que me acompañan y sostienen en mi vida con la absoluta certeza de que también, si Dios decidió nacer como un hombre, es por lo mucho que me ama.

Como nos lo dice el papa Francisco, ¡¡¡FELIZ NAVIDAD PARA TODOS, TODOS, TODOS!!!

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Buenos Aires (Luján), lunes 25 de diciembre de 2023.

Solemnidad de la Natividad del Señor, Navidad.

Diác. Diego Ocampo
Rector Adm. del Santuario de Luján
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