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Primer Domingo de Cuaresma

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Evangelio según San Marcos

En seguida el Espíritu lo llevó al desierto, donde estuvo cuarenta días y fue tentado por Satanás. Vivía entre las fieras, y los ángeles lo servían.

Después que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: «El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia».

De este modo, compartimos el primer Domingo del tiempo de Cuaresma:

Este tiempo en que nos vamos preparando para vivir la pascua, estos 40 días en que la Iglesia nos propone transitar un camino interior de la mano de Jesús es lo que llamamos cuaresma. Es importante ir siguiendo el evangelio de cada día que nos va proponiendo la liturgia cotidiana como islas o postas de referencia hacia la pascua de Jesús.

En la lectura de este primer domingo de cuaresma, San Marcos es sumamente breve en comparación con Lucas o Mateo y no describe en detalle cuales son las tentaciones a las que es sometido Jesús por el espíritu del mal, ni como las enfrenta. De todas formas, esto nos permite también meditar a cada uno de nosotros en ellas poniéndonos en el lugar de Jesús y poniendo a Jesús también en nuestro lugar.

Bien podemos inferir que Satanás frente a la misión que Jesús va a emprender lo primero que hace es igual a lo que no pocas veces intenta con nosotros cuando vamos a encarar un camino difícil pero que es muy bueno para nosotros y los demás: ¿para qué vas a hacer esto? ¿Estás seguro de lo que vas a hacer? ¿Por qué hacerlo de esta forma? ¿No te das cuenta de que no va a servir para nada? Cuantas veces has enviado profetas, a muchos de ellos los mataron y no quisieron escuchar, te rechazaron. ¿No ves que no son dignos de tu amor? Inmediatamente el evangelio nos muestra que es lo que Jesús hace al terminar su camino por el desierto; nos dice el texto proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: “El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia” creer en la buena noticia es creer en El, creer en Jesús.

Frente a un mundo que no escucha, que niega, que rechaza, Jesucristo fue, es y será siempre el que se ofrece para salvarnos y solo necesita de nuestro SI, un si libre y confiado. La conversión, el volver a Dios, es algo a lo que Jesús no puede ni quiere obligarnos, pero es lo único que necesita para obrar en nuestra vida. Convertirse es esto, volver a Dios y decirle que si aún frente a todos nuestros vacíos, dudas, pecados y miserias.

La cuaresma es un tiempo para dejar de mirar y hacer un listado de nuestros pretextos y culpas para alejarnos de Dios y cambiarlo por la pregunta ¿porque me amas tanto Señor?, ¿qué es lo que ves en mi que despierta tanto amor en vos como para dar la vida?; tenemos 40 días, son 40 los días para que, ayudados por la palabra de Dios, busquemos la o las respuestas a esta pregunta.

Cuaresma es también un tiempo para dejarnos guiar por el amor que a veces duele; y así como lo hizo Jesús estar dispuesto a tender puentes e intentar reconciliar lo que parece perdido, aunque nos parezca que no va a servir para nada, que no vale la pena, que no nos merecen. Reconciliarnos con Dios con el sacramento de la reconciliación, pero también reconciliarnos con aquellos que hace mucho no vemos o estamos distanciados “el tiempo se ha cumplido” nos dice Jesús, el tiempo es ahora. Estar dispuestos a mostrar nuestra fragilidad en el desierto del otro, así como Jesús hoy quiere caminar en el mío propio; esa será la mejor penitencia que podemos hacer, para nuestro Padre que puede ver en lo secreto.

En definitiva, la cuaresma es un tiempo para la conversión, para volver a Dios. La cuaresma es un tiempo para dejarnos “micericordiar” por Dios como nos dice el papa Francisco. En la cuaresma ponemos toda nuestra nada, todo lo que somos frente a Dios y de esta forma dejar que camine en nuestro desierto, un desierto que, aunque pueda estar lleno de fieras y oscuridad, Jesucristo lo encara decidido con el poder de Dios, el poder del amor por nosotros.

Que esta cuaresma no pase como un tiempo más, que sea para cada uno de nosotros una oportunidad de volver a Dios y quedarnos para siempre con El. Nuestra madre de Lujan nos guíe en este camino hacia la pascua de su hijo.

Buenos Aires (Luján), domingo 18 de febrero de 2024.

Primer domingo del tiempo de Cuaresma.

Diác. Digo Ocampo

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