Cuarenta días después del domingo de resurrección, conmemoramos la Ascensión del Señor en presencia de sus discípulos luego de anunciarles que les enviará al Espíritu Santo.
Con alegría y esperanza en la mirada de la Virgen, junto al pueblo de Dios hemos celebrado la gran fiesta de nuestra Madre, la solemnidad de Nuestras Señora de Luján.
Los esperamos en Luján para celebrar y prepararnos, juntos cómo Pueblo de Dios, camino al día de María, la solemnidad de Nuestra Señora de Luján, que celebraremos el 8 de mayo.
Este gesto significa ofrecerle todo lo que tenemos y lo que somos para que María se haga presente en nuestras vidas. Nos dejamos llevar sin condiciones, sabiendo que Ella conoce mejor el camino y que podemos dormir tranquilos en sus brazos de Madre. Es darle nuestro sí y dejarnos cubrir por su manto.
Preparamos nuestro corazón camino al Día de la Virgen de Luján. Nos unimos en la fecundidad de la oración comunitaria rezando juntos, como cada año, la Novena a la Virgen de Luján.
Ser servidor de la Virgen es una vocación a la que estamos llamados y en muchos casos puede ser por medio del servicio en el santuario, casa de la Virgen de Luján. Conoce más sobre esta propuesta ingresando aquí.